Y cómo puede beneficiarte en tu vida social y laboral

Las habilidades sociales son las conductas con las que interactuamos y nos relacionamos con los demás, de forma satisfactoria. Cuando nuestras habilidades son buenas, producen que nos sintamos bien, obtenemos lo que queremos y conseguimos que nadie nos impida conseguir nuestros objetivos.
Muchas personas no manejan bien sus habilidades sociales, por lo que necesitan unas pautas para mejorar sus conversaciones, hacer y rechazar peticiones, resolver conflictos, pedir cambios de conducta, responder a las críticas, manejar la ira, afrontar el comportamiento agresivo de otras personas.
Por eso, aunque sería necesaria una formación más amplia, en la que poder practicar con casos concretos, os vamos a dar una serie de recomendaciones para que empecéis a tomar nota de lo que tenéis que cambiar en vuestra forma de relacionaros con los demás.
Analiza tus miedos
Lo primero que debes hacer antes de actuar es decidir sobre qué debes actuar. Miedos como la timidez o la ansiedad social suponen muchas veces un lastre en todas nuestras relaciones no sólo sociales, sino también profesionales. Para vencerlos es necesario analizar de dónde vienen y así poder cambiar los pensamientos que los provocan.
Aprende a escuchar
Una de las conductas que más facilita las relaciones sociales es saber escuchar. A la gente les gusta ser escuchados y muchas veces no con el fin de recibir consejos o soluciones. Simplemente por el hecho de sentirse comprendido y poder expresarse. Saber escuchar requiere hacerlo sin juzgar, resistiendo la tentación de dar consejos si no se te piden, y guiando a la persona en sus propios pensamientos, para que encuentre la solución por sí misma.
Muestra interés por los demás
Es muy importante para poder ganarte la confianza de cualquier persona. De esta forma te convertirás en una persona más interesante. Muchas veces creemos que hablar de nuestros éxitos nos convierte en una persona interesante y mejora nuestra relación con cualquiera. Sin embargo, la experiencia en comunicación, nos indica que si quieres caer bien a alguien, el secreto no está en impresionarlos, si no en interesarse por ellos. Hazle preguntas, interésate por su vida, hazle sentir valioso,… Sólo de esta forma crearás una relación totalmente sana.
Sé una persona empática
La empatía es un sentimiento que nos permite ponernos en el lugar del otro, entender lo que siente. Sólo de esta forma podremos responder de una forma correcta y tratar al resto de personas como les gusta que les traten. No hay dos personas iguales y por ello, tu forma de tratar a la gente debe ser distinta en cada caso. De esta forma conseguirás caer mejor, ser más persuasivo, te escucharán y mejorarás tu capacidad de liderazgo.
Mejora tu comunicación emocional
En nuestras relaciones cotidianas no solemos comunicarnos de forma emocional. Tendemos más a hacerlo de forma objetiva, totalitaria y sin utilizar las emociones. La comunicación emocional es la que muestra nuestros sentimientos, nuestras emociones. Las mujeres tienden a comunicarse de forma más emocional que los hombres y más aún cuantos más años cumplen.
¿Beneficios de utilizar la comunicación emocional?
- Nadie podrá discutirte porque tus argumentos estarán basados en emociones. Por lo tanto, evitarás conflictos.
- Conseguirás que las personas empaticen más contigo, te conozcan mejor y por consiguiente, caigas mejor.
- Al mostrar tus sentimientos las personas que tienes delante tenderán más a hacer lo mismo
- Justificarás muchos de tus actos cuando los expliques movidos por emociones
Sé más asertivo
La asertividad es una forma de comunicarse, con la que defiendes tus derechos, tus opiniones y realizas sugerencias, sin resultar agresivo o pasivo. Se trata de respetar a los demás, teniendo en cuenta tus necesidades. Esta forma de relacionarse se puede practicar y mejorar.
Aprende a ser persuasivo
Conocer los principios psicológicos por los que las personas toman sus decisiones, te hará ser más convincente. Esos principios son:
- Reciprocidad: nos sentimos obligados a devolver favores.
- Compromiso y coherencia: siempre queremos actuar de forma consecuente con nuestros valores.
- Imitación social: copiamos las conductas de otros.
- Escasez: cuanto menos disponible esté algo, más lo queremos.
- Autoridad: buscamos expertos para que nos guíen y tomen decisiones por nosotros.
- Agrado: queremos agradar a las personas que nos caen bien y tendemos a decirles siempre que sí.
Teniendo en cuenta en cuenta estas características, podemos crear nuestra estrategia para ser más persuasivos.